Hace unos pocos días, me encontraba hacienddo tiempo para entrar a la clase de un Máster que estoy realizando. Y como el lugar al que voy tiene problemas para poder aparcar bien, pues con esas que me fui con tiempo para no llegar tarde. En una sala en la que me encontraba sentado esperando que llegase una hora prudente para acercarme a la puerta del aula y dejar que se despejara todo y de paso se ventilara la clase (algo necesario y prudente con la pandemia actual) había dos chavales de no más de 22 años calculo yo, charlando muy acaloradamente sobre coches. Una persona como yo, de prácticamente 40 años, destaca bastante entre el aspecto de jóvencitos que me debieron ver más como un profesor que como un alumno de Master, y me echaron una mirada que me atravesó como un cuchillo y siguieron a lo suyo. Pero que le vamos a hacer, a mi me ha dado ahora por hacerlo y no antes con la edad de estos muchachitos… El caso es que una vez sentado en la incómoda silla de plástico, era imposible no escucharlos (por las elevadas voces que daban) dar sus opiniones sobre uno u otro modelo.  Algunas más acertadas que otras, pero centrándose sobre todo en el tamaño de sus pantallas, de sus discos duros y en la cantidad de gadget electrónicos de moda. Como persona educada que soy me limité a seguir a lo mío sin meterme donde no me llamaban, sobre todo después de la mirada asesina, pero en un momento dado respondí a una llamada de teléfono y para ello me levanté y salí de la sala para no molestar a los demás. Pero al momento de terminar y volver a entrar, solamente pude escuchar la contundente frase del que debía de llevar la voz cantante de los dos mientras pasaban a mi lado: «desde que se inventó el coche hace 80 años, todos se conducen igual». Y a su semejante decir «es verdad». El caso es que me hizo gracia esa tajante frase y soy incapaz de intentar imaginarme a cuento de qué vendría, pero lo que es seguro es una cosa; ni el coche «se inventó» de la noche a la mañana, ni se hizo hace 80 años y ni se conducen igual los coches modernos que los que usaban nuestros abuelos. La conclusión que saqué es que no eran unos expertos; ni si quiera unos «amateur». Y por eso decidí escribir este artículo. Pues he aquí un pequeño esbozo de cómo comenzó todo esto. De una manera muy resumida y sin detallar en exceso, solamente lo más relevante. Y de eso, hace ya 135 años. Así algunos tendrán una idea de cuáles fueron los inicios del automóvil: su Génesis. Comencemos.

Carruaje de caballos tipo Coupé

De 1885 a 1900:
Se podría afirmar que el automóvil no lo inventó nadie en concreto, pues como otras muchas cosas que nos rodean, fue la evolución natural de algo que ya se usaba antes y se trató de mejorarlo. De este modo, el automóvil fue la evolución natural del coche de caballos, al que se le incorporó finalmente un motor de explosión. Así, entre 1860 y 1870 se produjeron varias pruebas de vehículos autopropulsados, siendo los coches movidos por motor de vapor los primeros en poder trasladarse solos. Sin embargo en 1876, el Conde alemán Nicholas Otto construyó un motor de explosión cuyo ciclo de 4 tiempos quemaba combustible a base de comprimirlo y así obtenía mayor rendimiento que con el vapor.
Por esos años (hacia 1882), surgen dos figuras importantes de las que se ha escrito de todo: un tal Gottieb Daimler y un tal Karl Benz: el primero, que ya había trabajado con Otto en su taller anteriormente, se asociaría a un tal Wilhelm Maybach (también venía de trabajar con Otto en otra etapa), y crearían el motor Daimler-Maybach. Este motor, podía llegar a girar a más de 900 rpm y fue instalado en un coche de caballos convenientemente adecuado para ello. En su afán de perfeccionamiento pronto surgió un motor bicilíndrico alimentado por un carburador diseñado por el mismo Maybach. Sin embargo el sistema de encendido que usaba su motor era muy precario y consistía en una especie de hilo caliente para inflamar el encendido. Y este hilo se calentaba externamente a su vez con combustible desde fuera; lo dicho, muy precario y poco efectivo.
Por otro lado Karl Benz, en el motor que creó (de un solo cilindro) usó un sistema de bujía tal y como lo conocemos actualmente, y además lo instaló en un triciclo al que se le consideró como el primer automóvil aunque no se parezca casi en nada a lo que conocemos hoy. Pero resultaba más práctico, sencillo de usar y encender que el Daimler, y por tanto tenía y tiene más puntos a favor para ser considerado como un  automóvil. Y eso teniendo en cuenta que el triciclo desarrollaba menos potencia, era más pesado y más lento que el de Daimler-Maybach. Por cierto, corría el año de 1885, cifra que se considera como el punto de partida del automóvil como tal.
Para 1886 Daimler ya había construído su primer coche de 4 ruedas, y Benz se puso a vender sus triciclos al público, lo que evidentemente supuso una gran revolución en las calles de esos años y en una sociedad acostumbrada a moverse en carruajes de caballos por todos lados.

Triciclo Benz de 1885, considerado el primer automóvil del mundo.

Surge entonces la figura muy injustamente olvidada por muchos de los talleres «Panhard y Levassor», quienes a través de la patente Daimler construyeron su propio motor en Francia (por las leyes de la época no podían traerlo de Alemania y montarlo donde quisieran, si no que debían de construirlo en su propio país). Pues bien, la importancia de Panhard y Levassor radica en que los automóviles modernos deben su forma y estructura a este primer automóvil construido por ellos en su taller: llevaba el motor situado en la parte delantera, metido en un vano motor protegiéndolo de las inclemencias del tiempo, con capot para ocultarlo, y además en cuestión tres o cuatro años, marcaron las pautas que el resto de fabricantes han seguido para la construcción de automóviles y que siguen vigentes actualmente: eliminaron la transmisión por correas y se sustituyó por un embrague de funcionamiento (salvando las distancias tecnológicas) idéntico a los que conocemos ahora, establecieron un sistema de cambio de velocidades, implantaron el sistema de refrigeración por radiador a base de tubos rodeados de aletas y que se situaba delante del motor, y además establecieron que el motor debía ir en la parte delantera y la tracción detrás, que todos los ocupantes debían ir mirando hacia delante (algunos de los primeros coches, al ir derivados de carruajes llevaban asientos a marcha y contramarcha), a parte de otros detalles. Y lo más importante, que el automóvil era un conjunto de partes unidas y armónicas entre si, y no un coche de caballos al que se le había adaptado un motor de explosión para desplazarse.
De hecho cuando Levassor falleció en 1897, consiguió que el automóvil ya tuviera una identidad separada del coche de caballos, estableciendo además que los cilindros de los motores fuesen en línea y no en V como el motor de Daimler (aunque la evolución técnica y las necesidades de espacio hicieran que más adelante surgieran los motores en V, pero eso es harina de otro costal y ahora no viene al caso). De esta manera, cuanto más grande o potente se necesitaba hacer un motor, se iban añadiendo cilindros al conjunto.

El invento del automóvil no solo se centró en Alemania y se mejoró en Francia, si no que al otro lado del charco también llegó, siendo 1893 el año que rodó el primer automóvil americano: el Duryea

Primer automóvil de EE.UU. El Duryeia

Sin embargo los comienzos del automóvil no fueron sencillos. Para empezar eran todos enormemente caros y sólo accesibles a una pequeña minoría, que en la práctica totalidad de las veces ni si quiera los conducían ellos, si no el chófer (herencia por cierto de los coches de caballos dónde era el cochero quien dirigía el carruaje mientras los pasajeros iban dentro), eran ruidosos, humeantes, y complicados de dirigir pues no tenían volante, sino palancas que guiaban las ruedas, no había carreteras adaptadas y la fiabilidad de ofrecían era pésima. No había mecánicos y solamente se podían reparar en los talleres donde se montaban. Eso hizo que muchos de los primeros automóviles, cuando rompían varias veces al final eran tirados de nuevo por caballos, y dada la similitud de los primeros coches con estos, no era muy distinto ni extrañaba estéticamente hablando. Por tanto es obvio que se tardó un tiempo en tomar en serio al “nuevo invento”, y eso sucedió en los primeros años de la década de 1900 cuando ya además había numerosas marcas de coches fabricando con mayor o menor fortuna vehículos, existían algunos caminos más  adaptados a la circulación, más lugares donde repostar, y por supuesto, cuándo se dieron cuenta que el automóvil permitía recorrer mayores distancias en menor tiempo que el caballo, y por tanto se amplió el radio de acción social de una sociedad en la que su día a día solo podía llegar hasta donde pudiese andar o llevarles un caballo. De ahí en adelante, la historia es bien conocida por todos, aunque algunos no lo sepan…

Motor delantero con capot, cuatro ruedas, carrocería sin apariencia de carruaje, tracción trasera, cambio de velocidades. Los primeros años fueron decisivos para crear la identidad del automóvil.

Para finalizar este breve artículo, dejo unas pocas fechas importantes que han marcado el desarrollo y expansión del automóvil:
• 1885: Karl Benz construye el “Benz”, con dos asientos, tres ruedas, capaz de alcanzar los 15km/h. Utilizaba gasolina como combustible.
• 1886: Gottieb Daimler instala un motor a un carruaje de caballos. Nace el primer automóvil con cuatro ruedas.
• 1889: Daimler instala un mecanismo de cuatro velocidades mediante piñones desplazables.
• 1891: Panhard y Levassor construyen el primer automóvil de motor delantero, estableciendo además varios estándares de construcción de los vehículos futuros.
• 1894: Vacheron construye el primer vehículo dotado de volante tal y como lo conocemos hoy.
• 1895: Panhard y Levassor construyen el primer coche “cerrado del mundo”. A su vez los hermanos Michelín inventan e introducen los primeros neumáticos de aire, y los hermanos Lanchester ingleses patentan la transmisión por eje cardán.
• 1897: Gräf und Stift construye el primer automóvil de tracción delantera movido con motor de gasolina.
• 1898: Daimler construye el primer motor de 4 cilindros en línea del mundo.
• 1899: Renault inventa un árbol de transmisión acoplado al eje trasero a través de juntas universales.

Autor: Álvaro Gonzalo


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